¿La humedad es buena o mala para nuestra piel?

Nos encontramos, una vez más, con los días calurosos y húmedos que constituyen gran parte de nuestro. El aumento de la humedad significa un clima cálido, pegajoso, sudoroso y espeso que a menudo nos deja sintiéndonos agotados. Pero la humedad no solo afecta nuestro cabello y nuestras glándulas sudoríparas; también tiene profundos efectos sobre la salud de nuestra piel. Como regla general, la piel prefiere un equilibrio de climas húmedos y áridos. Demasiada o muy poca humedad son igualmente dañinos para nuestra piel, pero de diferentes maneras. Por ejemplo, las personas que viven en lugares donde los niveles de humedad son casi inexistentes, son mucho más susceptibles a la pérdida de agua. Esto hace que la piel se sienta seca, con picazón, escamosa y desnutrida. Muy poca humedad y nuestra piel literalmente se seca. Sin embargo, si hay demasiada humedad, nuestra piel se vuelve más propensa a albergar bacterias dañinas que pueden causar acné e infecciones, además de aumentar nuestro riesgo de erupciones y otras irritaciones de la piel. Si bien la alta humedad puede ser principalmente beneficiosa para la piel seca, no es la misma historia para aquellas personas que tienen una piel grasa. Desafortunadamente, es lo contrario para ellos. Si tienes una piel grasa, los altos niveles de humedad solo significarán que la producción de grasa aumentará, tapando tus poros. Es recomendable que durante los días donde sientas que la humedad está afectando tu piel, elimines los productos de humectación e hidratación y optes por reducir tu rutina a dos simples pasos: limpieza y tónico. Lo mejor es que durante el día rocíes tu piel con tu tónico favorito (sin alcohol) para mantener tu piel fresca.